Si tienes pensado cambiar el suelo de tu vivienda te mostramos alternativas que el mercado te ofrece. Estúdialas bien y observa los beneficios que te brindan ciertos materiales y los cuidados que requieren.
El suelo es parte muy importante de la decoración de tu hogar. La variedad de materiales que puedes usar para recubrirlos es muy extensa, por eso debes estar atento a lo qué quieres, a lo que necesitas y naturalmente, a tu presupuesto.
Suelos de madera
Es el más cálido y elegante. Su instalación puede resultar más complicada comparada con otro tipo de suelos; requiere de varios cuidados y es más costosa que la cerámica. Su ventaja es que dura mucho tiempo cuando recibe los cuidados adecuados y es un material muy aislante.
El parquet es su mejor representante. Viene en láminas de madera que hay que pegar directamente al cemento del suelo (ya nivelado) con una cola especial. Se necesita que la vivienda esté completamente vacía para alisar el pavimento, pegar las tablillas y barnizarlo. Si este suelo tiene mucho tráfico será necesario lijarlo y barnizarlo por lo menos cada cinco años.
Parquet sintético o laminado
Tiene un acabado tan bueno que es difícil determinar a primera vista si un parquet es de madera natural o es sintético o laminado. El laminado generalmente es más resistente (se aconseja poner más de un AC4 de dureza) a golpes, a productos de limpieza, y a la humedad. Por esta razón ahora se puede instalar también en baños y cocinas.
Suelos cerámicos
La cerámica es una opción muy usada por su resistencia. Entre sus ventajas destaca que no requiere de mayor mantenimiento pues es un material fuerte, fácil de limpiar y de instalación relativamente sencilla. Se debe estar pendiente de su resistencia a la erosión, ya que se pueden lastimar las losetas por el tráfico excesivo. La resistencia al rayado debe ser como mínimo de cinco.
Para decidirte por este tipo de suelo de cerámica fíjate en la porosidad, la absorción del agua y la resistencia a las heladas. Hay para interiores y exteriores.
Si la vas a colocar afuera, además de los modelos y colores que se presentan en una enorme variedad, debes observar la calidad de las baldosas y si aguantan los climas complicados.
Suelo cerámico gres
Para estancias externas como terrazas, patios y porches se llevan mucho los pavimentos extrusionados. Este tipo de suelo cerámico aguanta heladas, lluvias, nieve y granizo, gracias a su resistencia y a su grosor. Suelen venir en tonos cafés, marrones u ocres y ofrecen una apariencia rústica y acogedora.
El suelo de gres se hace de una base cerámica de pasta roja o blanca sobre la que se realiza el diseño de la baldosa. El esmalte consigue darle una atractiva apariencia. En el mercado hay un montón de diseños que se adaptan a distintos gustos y presupuestos.
Este tipo de materiales son más fríos que la madera, así que normalmente se suelen colocar en pisos más calurosos.
Microcemento
El microcemento es una alternativa que merece atención. Es un pavimento continuo, sin ninguna junta, con un acabado que no es uniforme. Se parece a los estucados venecianos que se colocan en las paredes. Se utiliza en locales públicos muy transitados, por lo que resistencia es excelente.
Se puede instalar sobre cualquier superficie lisa (menos parquet). Su espesor es de aproximadamente 2mm, así que no es necesario rebajar las puertas. Tiene un interesante catálogo de colores y su precio es muy competitivo.
Suelos de PVC
Los suelos de este material se abren paso con fuerza. Gustan casi tanto como los suelos laminados. Pueden imitar a los suelos de baldosas, parquet de madera, hasta el microcemento. Es mucho más barato no solo por el precio del material sino además por la rápida y sencilla colocación. Es el material más usado en las grandes superficies de bricolaje.
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